Un día, en casa del abuelo de una amiga, vi una muñequita casi igual a una que yo tenía de pequeña. Algún día desapareció, la tiré, la guardé en el fondo del mar, se rompió... a saber cuál fue el destino de ella. Al verme casi emocionada, la madre de mi amiga me la regaló y me la traje a casa. Se la pasé a mi hermana para que me la restaurara un poco y la pintara del color en el que yo la tenía. Ella maneja mucho mejor que yo el pincel y sabía que haría un buen trabajo. Pues bien, el otro día me mandó mi hermana unas fotos con el antes y el después. Seguro que alguna de vosotras identificáis a esta muñequita y os emocionáis como yo me emocioné en casa del abuelo de mi amiga.
La muñeca original iba vestida de naranja, después del trabajo de mi hermana va vestida tal como yo la recuerdo en mi cuarto: de azul.
Además de arreglarle un poco los pelos, le ha dulcificado la cara y me gusta muchísimo cómo ha quedado.
Curioso destino el de esta muñeca.
Un beso a tod@s.