De una parte: tarde de domingo, lluvia e incluso granizo, chimenea y una mesa. De otra parte: una niña de cinco años, un costurero y una enorme ilusión por aprender a coser. Y en las fotos, el cóctel de esta mezcla explosiva.
Tenía una ilusión tremenda, empezó diciendo que no sabía y terminó con bastante soltura para ser la primera vez que cogía una aguja. Cuando haga otra cosilla con ella la pondré de nuevo. Un beso.
Que cosita más tierna, que alegria da, saber que quieren aprender, me imagino que lo hizo con ayuda del vecino jajaja, felicitala de mi parte, besos.
ResponderEliminarTenía una ilusión tremenda, empezó diciendo que no sabía y terminó con bastante soltura para ser la primera vez que cogía una aguja. Cuando haga otra cosilla con ella la pondré de nuevo. Un beso.
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