Yo voy bordando caminos.

¡¡¡Hola!!! 

Durante la semana pasada y a medida que avanzaba la tarea, he ido publicando fotos de mi último trabajo en mi página de facebook. Si tienes facebook y no sabes de qué estoy hablando, te invito a que te des un paseito y le des al "Me gusta", para no perderte nada de mis proyectos (pinchando aquí accedes directamente). 

He disfrutado muchísimo con este autoencargo que he titulado "Yo voy bordando caminos", cada puntada ha sido pensada con meticulosidad y nada hay dejado al azar. ¿Me acompañas? Te cuento y te enseño todo, me encantará hacerlo.

Hace un mes una amiga y yo nos compramos unas suelas de esparto, la aguja curva y el hilo para convertirlas en zapatillas (te lo conté aquí). En este mes he pensando mucho cómo hacerlas, y he barajado diversas posibilidades hasta decidirme por unas zapatillas en lino color natural que combina hexágonos en colores similares y bordados en los mismos tonos pero diferentes en cada zapatilla. En los laterales he bordado versos de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado y he aplicado estrellas y mariposas. ¿Todo eso? Pues sí, ya verás lo que han dado de sí estas zapatillas. 

Como puedes ver en el interior no he puesto plantilla, y no por error, sino que expresamente he querido dejarlo así pues me resulta muy agradable el tacto del esparto en la planta del pie, más que cualquier tela. 

"La flor del camino" es el pie derecho.

En la parte interior (no la de dentro, me refiero a la cara interna del pie) he aplicado algunas mariposas. 

"Yo voy soñando caminos" es el pie izquierdo.

Y en el interior van aplicadas estrellas. 

He puesto una tirita por si se me salen las zapatillas y me las quiero atar con alguna cinta mona, por si acaso. 

Como ves, he firmado ambas zapatillas con mi gota, que mi conjunto de playa se quedó sin firmar!!!

Para unir la tela al esparto compré la aguja necesaria y el hilo, pero la verdad, he sido incapaz de festonearlo. Creo que ha sido porque apliqué un bies por todo el contorno y eso fue lo suficiente para que pasar la aguja fuera una tortura. Así que usé el pegamento textil que tantas cosas me ha solucionado (pinchando aquí puedes acceder a la entrada que le dediqué al maravilloso pegamento). Cuando pruebe las zapatillas os diré qué tal el resultado, si me quedo descalza por la calle os lo cuento, para que no hagáis lo mismo que yo. 

Pero de momento voy a seguir bordando caminos, los caminos de la tarde.

¡¡¡Un beso a todas y feliz semana!!!