Los inventos de mi amiga.

¿Sabéis qué es esto? No creo que ninguna lo adivine, porque ni siquiera yo que soy quien lo ha hecho lo adivinaría, jajajaja.

Mi amiga Irene no se aburre, como ella misma dice. En casa siempre están inventando algo. Y de vez en cuando me avisa para que le dé forma a uno de sus inventos. Es así que transformé una caja para practicar el tiro con arco en puf. Le busqué un hule original para su mesa de la cocina. Adapté unos cojines Ikea en unos cojines gotas de rocío. Y así varias cosas más. 

En esta ocasión le he preparado una bolsa para guardar los palos de croquet, el último deporte al que se ha incorporado el marido. Quería una tela fuerte, sufrida, lisa, sencilla. Me pasó las medidas de los palos y me puse manos a la obra. 

La bolsa es enorme, pues sin contar con la parte que frunce, mide un poquito más de un metro. Pero para mi amiga y su familia no es problema, ellos son altos, muy altos.

Aunque sé que ella quería algo sencillo, no podía dejarlo sin forrar, me dolían los ojos.

Cierre a modo de talega y asa para colgarse la bolsa como si fuera una sombrilla.