miércoles, 30 de marzo de 2016

De sudadera a botiquín.

El otro día mi cuñado me pedía que le transformara una sudadera ya pequeña de su hijo, en una bolsa para guardar el botiquín que siempre lleva a los partidos de baloncesto de mi sobrino. 

La idea me gustó, eso de dar nueva vida a algo ya en desuso siempre es divertido. Me pidió además que por la parte de atrás llevara una cruz roja. 



La tela debía ser sufrida, pues muchas batallas le quedan aún por pasar. El largo del asa, mejor regulable, para adaptarlo a distintos hombros. Que un día el raspón es de uno y otros días la torcedura es del otro. Y es que el deporte es muy sano, sí, eso dicen (jaja, se nota que no soy yo muy deportista, ¿verdad?, con lo bueno que es para la mente, para la salud, para los los kilos).



Pues nada, a practicar el baloncesto con la tranquilidad de tener a mano un botiquín... y un padre previsor. 

lunes, 28 de marzo de 2016

Algo más que una camiseta.

"Algo sencillo, pero simbólico, que sea yo". Eso me pedía mi hermana. Quería una camiseta, y que fuera su camiseta, no una más. Y quería que aglutinara su mundo y su forma de ser. Pero creo que lo que quería es que yo hiciera magia. 

Así comenzamos a soltar ideas, una tormenta de ideas que le llaman. Ideas absurdas, ideas imposibles, ... que se convierten con la tempestad en ideas lógicas, en ideas mágicas. 


Una camiseta de ilusiones, que no frustraciones. De aspiraciones, que no utopías. 


Una camiseta con la música y la pintura muy presentes. Es decir, con dos facetas del arte que se calman con un curso de guitarra y unas pinceladas autodidactas en un papel de acuarela o en una caja de madera. Porque a mi hermana siempre le hizo ilusión saber tocar un instrumento y crear pintando. Y lo que de niña nunca se llegó a cumplir, con la edad se remedia y se cumple; se disfruta y se deja de soñar, porque ya no es necesario. 


Y como así se nos ocurrió en la tormenta de ideas, los pinceles llevan una tela de partituras en el mango y una tela pintada por nuestro padre para los pelos. Que de él viene esta pasión por la pintura y los colores, la luz y las aguadas. 

La camiseta ya es su camiseta, pues un pincel de partituras es la mejor melodia para pintar ilusiones que se cumplen, aunque no nos convirtamos en expertos en la materia, que hay muchas materias con las que disfrutar en la vida, y mucha vida para descubrir y sorprenderse. 




lunes, 21 de marzo de 2016

Hazañas de punto y ganchillo.

El último conjunto para tejer que he hecho me tiene enamorada. 


Los tonos tostados naturales y el verde caqui son los protagonistas de este guardaagujas y bolsa para el ovillo. 




En su versión rojo me gusta un poco menos, pero la verdad es que esta tela es tan bonita que da lo mismo el tono al que le demos protagonismo, pues siempre queda muy bien. Y quizás tú, que ahora me lees, también prefieras la variante en rojo. 




¡Y que yo no me aficione al punto! Lo encuentro dificilísimo. Con trece años me hice un chaleco, de color amarillo, todo de punto al derecho. Sentada en la arena de la playa, nos reuníamos varias amigas a tejer por las tardes y animada por el grupo me lo terminé. Durante años me lo puse en casa, nunca para salir, que tan bien no me salió. Pero ahí se quedó mi aventura tejedora. Ahora lo pienso y aquella hazaña me suena prehistórica y de lo más surrealista (13 años, playa y lanas!!).

Y el último conjunto que he hecho de ganchillo es este otro. 



Una macro/mega alfombra de trapillo fue mi mayor hazaña en ganchillo (o al menos a mí me pareció enorme, en tamaño y en tiempo que invertí). La elasticidad del trapillo me ayudó a conseguirlo, aun así, no me aficiono. Pero reconozco que tiene más posibilidades para conseguir mi beneplácito que el punto. 

Me despido hasta después de la Semana Santa. Pasadlo muy bien y que aunque el cielo se llene de nubarrones, en vuestro ánimo luzca el sol, pues siempre hay un motivo para pasarlo bien. Un beso a todas y gracias por vuestra compañía. 

lunes, 14 de marzo de 2016

Inspiración rockera para la cocina.

Hoy os enseño uno de esos trabajos que se hacen de vez en cuando y que es único por su estilo, por su destino, por sus telas, por su historia... y porque será irrepetible. En cuanto veáis las fotos lo empezaréis a comprender. 


Se trata de un delantal que hemos hecho entre mi hermana María Teresa y yo para regalárselo a nuestro hermano Juanjo. Ella se ha encargado de pintar con rotuladores textiles el nombre de la banda de rock junto a los ojos de Eddie, el icono de la banda. Yo he realizado el delantal en sí. 


Quién me iba a decir que por segunda vez iba a hacer algo tan rockero. Yo, que tan poco musical soy, y rockera menos. (Lo primero fue un babero que te enseñaba aquí). Y lo segundo ha sido este delantal absolutamente personalizado para un rockero de la cocina, pero no de los que hace una paella un domingo y deja la cocina que mejor que no se hubiera metido. Sino un rockero de cocina diaria y de dejarlo todo reluciente.


El forro como veis, al igual que las cintas y el gran bolsillo central, va en rojo con los pespuntes en negro. 


La idea nos surgió cuando estas Navidades Juanjo vio las cajas que pintó mi hermana (te lo contaba aquí). Inmediatamente él pidió la suya con algo alusivo a Iron Maiden. Pues bien, una tarde hablando con María Teresa, entre el repaso diario de hazañas varias de sobrinos y padres ancianos, se nos ocurrió sustituir la caja por algo que yo pudiera hacer y así compartir el regalo. Queríamos algo útil, que cumpliera cometido decorativo y práctico. Y tras desechar un par de ideas nos quedamos con regalarle un delantal rockero, en negro y rojo con los ojos de Eddie desafiantes. El delantal ya está entregado y muy bien recibido. Iron Maiden ahora preside la cocina de Juanjo.

Os dejo una última foto para que veáis lo bien que queda puesto este único e irrepetible delantal. 


¡Feliz semana y muchas gracias por vuestra compañía!

sábado, 12 de marzo de 2016

Casita para Sole y Laura.


Estuve pensando algunos días y no se me ocurría nada más allá de cuatro palotes y un triángulo por tejado, así que busqué entre mis dibujos de cuando pequeña y allí encontré la inspiración. 

Se trata de una colección de dibujos que hacíamos entre mi padre y yo siguiendo un estricto ritual. Con las manos bien limpias me entregaba un rotring con el que yo debía realizar mi obra de arte sobre papel de primera calidad. Antes él elegía entre mis garabatos el que más le gustaba y que por tanto debía repetir. Me instruía sobre la necesidad de cuidar mucho los materiales que me estaba entregando y así, con toda la responsabilidad sobre mis hombros (y sobre mis manos) lo intentaba hacer lo mejor posible. Luego él lo coloreaba y entonces hacía magia. 

En casa tenemos mucho aprecio a estos dibujos que juntos hicimos desde mis cuatro años, que estuvieron expuestos en alguna exposición y que en la actualidad decoran algunas de mis paredes. 


Así que el otro día seleccioné los que tenían una casita como protagonista y me llamó la atención uno de ellos. 


Aunque no recuerdo el momento, estoy casi segura que para hacer este dibujo yo me inspiré en uno de mis cuentos favoritos.


El hecho de que mi padre transformara (gracias al color) los globos en árboles me pareció divertido y rescaté la idea. Pero como mis casitas más características eran de dos cuerpos, pues seleccioné esta otra, con su pequeño huerto y sus árboles. 


Por último pensé que sería interesante incluir el mar de algún modo, pues a Sole le hace ilusión que los dibujos sean parte de nosotras. Para lo cual me basé en otro de mis dibujos. 


Ya lo tenía todo. Tan solo faltaba agitar la coctelera. 


Lo he concebido para hacerlo sobre tela beige, para así poner la casita blanca y que destaque, al igual que destacan sobre el paisaje los pueblos encalados donde vivo. El tejado en dos rojos, los árboles en distintos verdes, las ventanas y el caminito en naranjas y amarillos, las olas en dos azules. Todo a puntada escondida o a festón, como a Sole le guste más. Punto de tallo para los "troncos" y la línea del horizonte con varias filas de cadeneta muy juntas en distintos tonos de granates y morados. Quizás Sole y Laura prefieran darle un nuevo giro y añadir o quitar algo, libres son, pues el dibujo ya es de ellas y seguro que logran encajar a la perfección el poquito de vida que cada bloguera les estamos enviando. 

Con un detalle de un dibujo de mi infancia, ya premonitorio de mi gotas me despido. 


miércoles, 9 de marzo de 2016

Mañana de sol.

Si sigues mi página de facebook esta caja que hoy te enseño ya la has podido ver pero lo que no conoces es la historia que hay detrás de ella. 

Tenía guardada desde hacía meses una caja de gambas de Huelva. La compré un día en el Carrefour, más que nada por la caja, porque las gambas no parecían muy buenas, y además, viviendo en Huelva (o alrededores) es una tontería comprar una de estas cajas, pues mucho más frescas y de mejor calidad son las que compras al peso, en el mercado, con su cucurucho de papel de estraza. Pero la caja era mona, de las que se ven tuneadas por todas partes en la red. Así que usé las gambas en una ensaladilla, fregué muy bien la caja, la dejé al sol para que no quedara ni resquicio de olores ni humedades... y la guardé, junto a los cartones que rescato para practicar algún día el cartonaje, las carteras viejas pero comodísimas en su uso y que conservo para sacarle los patrones o los pinceles que compré y que nunca usé. 

Mi idea era probar el decoupage, que ganas tengo también desde hace meses, pero claro, para eso hace falta ver algunos tutoriales (que ya he visto y olvidado) y hacerme de los materiales necesarios (que nunca compro). Así que el decoupage quedaba descartado para improvisar manualidades en una mañana de domingo. Pues eso es lo que hice el pasado domingo: salir al sol con mi mesita y mis ganas de hacerme algo sin aguja ni dedal. 

Busqué materiales e inspiración en mi cuarto de costura y ahí estaba la caja, esperando su turno. Y no muy lejos, un paquetito de telas adhesivas que me regaló mi cuñada estas Navidades en un arranque de esos que te dan alegría: "toma, el otro día en Leroy Merlin me acordé de ti al ver estas telas". 

¡Los astros se habían confabulado para que caja y telas se encontrasen en una espléndida mañana de sol!


Emocionada con el momento lo publiqué en mi facebook y tan buena aceptación tuvo la idea que horas después publiqué el resultado. 


Para rematar el borde de la caja pegué una ondulina, que tan resultona es para estas cosas. 


Para las fotos puse algunos accesorios de mis aperos de costura que en tonalidades iban bien con las tres láminas de tela adhesiva que usé. 


Y ahora estoy a la espera de que se me ocurra qué uso concreto darle, además del estrictamente decorativo. Me sugieren por el facebook que para los conos de hilo, los materiales del trabajo del momento, o como vaciador de bolsillos. Yo aún no lo sé, quizás pueda hacer un bonito conjunto al ladito de una caja de fresas que decore de similar manera. Sí, necesito otra mañana de sol. 

lunes, 7 de marzo de 2016

Todos juntitos... que así cansa menos.

Como una de las cosas que más hago, son los portadocumentos, los últimos que he hecho no os los he enseñado para no aburriros, pues tengo rachas en que soy muuuy monótona con estas carpetas para recién nacidos que tanto gustan. Así que los he ido fotografiando y guardando para mostrarlos todos juntitos, y hoy es el día. 

Os explico algunas novedades de este artículo que de verdad no me canso de hacer, me sé las medidas de memoria, y ni tengo que coger mis anotaciones, lo cual es comodísimo, me salen casi con los ojos cerrados, a todas las causantes de ello: mil gracias por vuestra confianza.

Empiezo con el último que he hecho porque me apetece mucho que lo veáis. Es totalmente diferente a la mayoría de los que hago y me ha encantado hacerlo. Las telas son una explosión de color y encaja con los gustos de quien me lo pidió. Los tonos suaves para los bebés me gustan mucho, pero variar con esta tela tan bonita ha sido un gustazo.


El interior lleva un estampado que parece que lo han hecho pensando en mí y cientos de gotas de colores alegran los bolsillos del portadocumentos. ¿Recordáis mi última entrada donde os anticipaba un trabajo con esta tela? Pues aquí lo tenéis.


El forro es de cuadraditos vichy en amarillo.


El lazo que cierra la funda plastificada junto con el bies rojo da colorido al piqué blanco.


Lo dicho, me ha gustado mucho alejarme de los tonos tradicionales y usar telas en colores vivos, muy vivos. Además, la verdad, estoy un poquito cansada de muchos trabajos de blogs que admiro, disfruto y sigo pero que siempre usan los mismos tonos en sus telas. Aunque empleen rojos, violetas, azules o verdes siempre van como tamizados, como decapados con una manita de lija o velados por un tul de tono tostado. ¿Me entendéis? Me encantan esas telas, por supuesto, pero también me gustan, y mucho, los colores vivos, intensos, sin matices, como este portadocumentos. Y además, en absoluto pienso, como alguna vez he leído directa o indirectamente, que sean telas o colores de mal gusto. Todo lo contrario, me parecen tonos llenos de vida y buen gusto. Porque para mí, el buen gusto está en variar, probar, innovar, y sobre todo: no dejarse arrastrar por la moda del momento. ¿Que a qué ha venido todo esto? Pues a nada concreto, simplemente es una reflexión que desde hace tiempo ronda mi cabeza y que hoy este portadocumentos me ha dado la excusa perfecta para exponerla. 

Continúo con otros portadocumentos. Como siempre, la carpeta de tela va entretelada para que tenga cuerpo. Además va perfectamente protegida en una funda plastificada. En esta ocasión, como iba dirigido a dos hermanas, los nombres los puse en el interior y dejé para el exterior un par de aplicaciones con una estrella y una nube. 




Para dos hermanas también fue este otro portadocumentos. La solución fue idéntica, los tonos similares, las telas diferentes. 



Comencé a sustituir el cierre de velcro por un snap en el portadocumentos de Fernando. 



El de Julia fue el segundo. 



Y con Alejandro y Juanma terminamos. 




Muchísimas gracias a todas por vuestra visita y vuestro tiempo. Que disfrutéis de esta nueva semana que tenemos por delante.

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