martes, 31 de enero de 2017

Detalles al milímetro.

Hay encargos que te llegan cargados de tanto interés y cariño que sabes que tienes que hacer algo especial, aunque sólo sea por corresponder la confianza depositada en ti. Y este encargo era uno de ellos: un portadocumentos para unos futuros padres. 

Ya he hecho muchos pero creo que no hay dos iguales: la tela, el nombre, los detalles... El de hoy cobra especial protagonismo por la tela elegida. Por muy bonito que fuera un estampado floral, de cuadros o topitos, sabía que para Conchi teníamos que buscar una tela de las que enamoran. Así que buscamos, buscamos y buscamos hasta que... ¡encontramos!


Tan bonita era que no la he combinado con otra, y es así que el interior también está hecho con la misma tela. 


Detalles en rosa bebé y poco más. La cinta para el cierre, en raso, que aunque los brillos no están de moda, una cinta de raso es un clásico que obvia las modas del momento. 


La funda plastificada en mate, que aquí la tendencia sí me parece de lo más atractiva. 


Y por último el nombre, en rosa también. Barajé posibilidades y me decanté por bordarlo en pequeño tamaño para no pisar ningún dibujo, pues no sólo desluciría el estampado sino que se leería con dificultad. Para que no fuera así hubiera debido ser bordado a máquina, que siempre resalta más. También calculé que si lo hacía un poco más grande, aunque no pisara el estampado, quedaría demasiado justo, sin margen que armonice la totalidad. Ya veis, nada es casual, todo está pensado al milímetro, como siempre intento y con lo que disfruto. 


Me consta que te gustó, Conchi, y mucho que me alegro. Siempre me acompañas en cada publicación por Facebook o Instagram y te estoy tremendamente agradecida. 

También agradezco todos los comentarios de mi última entrada, en esta ocasión no os lo he podido agradecer como siempre hago respondiendo vuestros correos. 

Saludos a to@s. 

jueves, 26 de enero de 2017

Pikachu y Nintendo.

Los encargos de mi sobrina Teresa siempre me hacen ilusión. Me suele pedir cosas muy concretas, me da las instrucciones de modo muy preciso y elige las telas con decisión. 

En esta ocasión ha querido una funda para su Nintendo y una bolsita compañera para los juegos (alargada, estrechita y con cierre taleguilla). 



Para los forros me pareció que coordinaba muy bien con Pikachu esta tela amarilla con florecitas negras. 



Ayer mismo quedé con mi cuñada mientras Teresa estaba en el instituto, por la tarde mi sobrina me mandó esta foto. 


Todo ha encajado bien: Pikachu en la funda y la funda en la Nintendo.

Muchas gracias a tod@s y hasta muy pronto. 

martes, 17 de enero de 2017

Taleguillas donde elegir y palabras, palabras.

Hoy os traigo tres taleguillas y una explicación. Empecemos por las taleguillas. Una, dos y tres. 




Como veis son muy diferentes. Para una recién nacida, para un recién nacido y para una nena de año y medio. Pero aunque los tamaños son también distintos, el esquema es muy parecido. Frunce superior, nombre (bordado o aplicado), interior forrado y asas superiores. 



Pueden servir para muchas cosas: guardar muda, merienda, ropa sucia, juguetes... Son un regalo muy agradecido porque van personalizadas y son útiles. 




Me gusta combinar telas y la taleguilla de Marcos en este sentido ha quedado muy bien porque combino estrellas azules con fondo blanco y a la inversa. Compré las telas en Ratucos y pienso que ha sido un acierto. 

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Y ahora la explicación. En la última entrada os conté que había cometido algunos errores importantes en el bolso que me he hecho estas Navidades pero que los había sabido disimular muy bien, tanto, que ni yo los sabía encontrar. La mayoría de vuestros comentarios van referidos a la primera parte, la de los errores. Me decís que no debo elevar tanto el grado de exigencia pues no apreciáis esas equivocaciones. A ver, que muchas gracias, pero que no, que no soy tan exigente conmigo misma. Y como estoy segura que vosotras no sois unas fulleras, pues conozco los trabajos de casi todas vosotras y así me lo demostráis, me figuro que todo se debe a que no conté en qué consistían esos errores.



Veréis, el bolso lleva dos caras rectangulares (cuadraditos de tela en tonos azules y beige) unidos por un lateral de una tela diferente (tela azul con dibujitos blancos). Tanto ambas caras como el lateral son un sándwich formado por la tela exterior, la guata y el forro. Pues bien, en el momento de unir con la máquina primero una cara y luego la otra al lateral, sin prestar demasiada atención porque el bolso es para mí, se me movieron los sándwich, tanto que por el lado exterior quedaron 4 o 5 trozos en los que la costura tan solo sujetaba forro y guata. Es decir, la tela exterior no quedaba sujeta por la costura y se podía meter el dedo por el agujero. Además, algunos de estos agujeros eran de hasta 5 cm. 

Si el bolso no hubiera sido para mí, primero, dudo haber cometido el error pues hubiera prestado mucha más atención. Y en segundo lugar, si lo hubiera cometido, lo hubiese descosido para hacerlo de nuevo. Pero no, la pereza me pudo y metí 2 o 3 milímetros la tela y la disimulé a puntadita escondida muy pequeña. Supongo que en el algún momento este diminuto dobladillo se descoserá o el propio peso del bolso cuya costura no está bien rematada, dará la cara y ya lo resolveré de algún modo. 

Como veis no se trata de un error de excesiva exigencia que llega a convertirse en defecto personal, simplemente es un error que como os expliqué, disimulé muy bien. A su vez me servirá para comprobar qué consecuencias tiene estas costuras hechas de manera tan incorrecta. 

Es así que yo me centro no en la primera parte de mi exposición (los errores), sino en la segunda (lo bien que lo supe disimular). Veis, de excesiva exigencia nada, más bien satisfacción personal. 

Palabras, malentendidos, interpretaciones, errores enmendados, explicaciones oportunas, palabras, palabras, palabras...

jueves, 12 de enero de 2017

El error humano.

Me contaron el otro día que unas monjas cuando terminan un trabajo de punto de cruz, si no han cometido ningún error hacen alguno adrede pues consideran que perfecto solo es Dios. Sin entrar en discusiones teológicas, me pareció una hermosa manera de admitir los errores humanos. 

Este bolso que hoy os enseño está repleto de errores, pero no por tan elevados motivos sino porque el bolso es para mí. Nuevamente me ha pasado: si yo soy la destinataria de mi propio trabajo no pongo tanta atención a la vez que no me exijo tanto y en consecuencia cometo errores. 


Pero también os digo que están muy bien disimulados. Tanto que ahora no los encuentro, pero como son errores importantes supongo que algún día darán la cara. 


Es también otra manera de evaluar la importancia de esas costuras mal hechas con la máquina y enmendadas con la mano. 


El bolso está hecho con un paquetito de precortados del que me enamoré por sus colores tan afines a mi forma de vestir. Por ambos lados es prácticamente igual como podéis comprobar. 


Le añadí una tela más en azul para el lateral y el asa, junto con otras dos en beige para bolsillos interiores y forro. Cremallera para el cierre y regulador en el asa, todo lo que a mí me resulta más cómodo. Interior con bolsillos y poco más. 


Un bolso sencillo que comencé en otoño y al fin en Reyes lo estrené. 

Muchas gracias a tod@s por vuestra compañía. 

martes, 3 de enero de 2017

El momento propicio para reciclar y regalar.

De pequeña mi hermana jugaba con este carrito de la compra. Medio recuerdo que alguna vez lo llevó al mercado y que mi madre le echaba alguna patata o algo de poco peso. 


Yo también jugué con él y cuando esa etapa pasó se guardó en lo alto de un armario junto a la cómoda de la Nancy, el Baby Mocosete y los puzzles de Educa. 


Tenía pensado desde hace tiempo restaurarlo para usarlo como costurero o bolsa para las lanas. De estas Navidades no lo he querido posponer y preparé los materiales para cuando un día propicio me pusiera a ello. 


Compré una tela de Veronique Requena, pintura a la tiza en color verde samba y un pincel. Desarmé el armazón, lo lijé y pinté. Tomé las medidas de la cesta original y la reproduje lo mejor que pude. 


Mi hermana se llevó una gran sorpresa cuando se lo regalé, yo más cuando en un primer momento ella pensó que era un carrito nuevo que había comprado recordando el suyo de pequeña. 

Pienso que ha sido un acierto y me he quedado con ganas de recuperar más objetos de ese alto del armario. Ya una cesta que sirvió de canastilla la tengo en casa. Haré lo mismo: prepararé los materiales para cuando los astros sean propicios y dedique una tarde a forrar la cesta. 

Os dejo una foto del carrito de la compra antes de su nueva vida, se me ocurrió hacerla cuando ya tenía las piezas desmontadas, pero se ve bien. 

¡¡¡Sed felices y gracias por vuestros comentarios siempre amables!!!


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